lunes, 16 de julio de 2012

¡¡¡EL FÚTBOL VUELVE A SER NUESTRO!!!

¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡CAMPEOOOOOOONES!!!!!!!!!!!!!!!!! ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡CAMPEOOOOOOONES!!!!!!!!!!!!!!!!!

¡¡¡¡Vamos futboleros de nuestro país!!!!

Llegó mi error de pronóstico más notorio desde que escribo y el más satisfactorio. “La roja” me quitó la razón e hizo historia logrando algo que ningún combinado nacional había conseguido antes.

Uno de los países más apasionados futbolísticamente alcanza por fin la leyenda con el mejor equipo de la historia de este deporte.

Pero el camino no fue fácil, sobre todo, fue muy incierto.

Repasando primero el torneo en general sin mucha miga aparte de la nuestra, nos encontramos con la primera gran decepción en la eliminación holandesa, gran outsider que no contaba con mi entusiasmo y si con algunos ilustres perdedores que a pesar de su calidad suelen fallar en las grandes citas por no se sabe qué…

Caer sin hacer ni un solo punto después de ser subcampeones del mundo es bastante llamativo pero no tan sorprendente en un equipo que pagó la falta de fluidez de su medio campo, la dureza de sus rivales (compartían grupo con dos semifinalistas) y su falta de sangre, de intensidad.

Esa falta de actitud les condujo a la sorpresa en el partido de debut ante Dinamarca, les invitó a dormirse ante la ventaja inicial en el decisivo contra las huestes de CR y les privó de reacción alguna cuando el merecedor del balón de oro les remontó el partido.

Francia empezó bien para luego bajar y hacer un torneo sin pena ni gloria, sin éxito ni fracaso. Inglaterra también pasó desapercibida cayendo en la lotería de los penalties frente a otro clásico como son los italianos.

Los de Pirlo fueron la grata sorpresa de la Euro. Con un buen equipo, decente nada más, se colaron en la final con no poca suerte.

Esa suerte les permitió pasar remontando desde los 11 metros a los británicos y esa suerte (también astucia) les ayudó a aprovechar los fallos defensivos de los teutones para adelantarse repentina y apresuradamente con dos goles (me gustaría haber visto que hubiera pasado si el resultado al descanso hubiese sido sólo de 0-1… ).

Los italianos me sorprendieron con líneas más adelantadas que de costumbre y buenos centrocampistas de toque pero dedicados únicamente a sacar fulgurantes contragolpes. Sin extremos y muchas veces sin mediapuntas, Cassano se batía el cobre arriba casi sin ayuda para crear la jugada y el inestable (por decirlo educadamente) Super Mario, remataba la faena.

En la final, como era de esperar aunque muchos se acongojaron en los días previos con el oficio y la marrullería azzurra, no plantaron cara a un rival claramente superior que además tiene experiencia más que suficiente para afrontar este tipo de partidos.

Pero lo más destacado desde mi punto de vista, a excepción de nuestro éxito mayúsculo, fue la frustrante eliminación germana.

Por calidad y profundidad de banquillo eran claramente superiores al resto junto a España, no había color, era como la liga española con el duopolio Madrid – Barcelona (me encanta que ése sea el orden ahora). También eran un proyecto emergente, creciente, con algunas figuras jóvenes que habían sumado experiencia en los últimos torneos. Compartían la virtud del toque con los hispanos (no a nuestro nivel claro) pero con una mayor contundencia en los últimos metros y tenían la confianza de los favoritos porque lo eran para casi todos.

Pero fracasaron. El fiasco alemán creo que llega por la debilidad mental que han demostrado a nivel de clubes también, con su referente sucumbiendo en casa ante un rival mediocre pero decidido, y porque carecen de algo que nosotros si tenemos: una solidez defensiva de campeón. Los dos goles que encajaron ante Italia nunca los hubieran consentido “Piqueitor” y el Príncipe gitano.

Y por fin llegamos a los nuestros, ¡a nuestros colores! Hubo mucho debate. Por las alineaciones, el estilo y los cambios. El Marqués ha recibido muchas críticas y desde mi humilde opinión, todas justificadas.

El debate del “9”, sobre quién llevar, avanzó un poco más con la exclusión de cualquier ariete en el equipo titular, algo que ocurrió contra Italia en el debut, en cuartos y en la final.

No recuerdo ningún otro equipo jugando sin delantero centro. El Barça pone ahí a la pulga pero suele tener a algún delantero desplazado a la banda (y la pulga es la pulga… ).

Me parece un puesto imprescindible. Un especialista necesario. ¿Jugarías sin centrales? ¿Saldrías al campo sin portero? Yo tampoco decidiría pisar el césped sin delantero centro.

Y menos si los medios que forman la alineación tienen tan poco gol como los que tenemos. ¿Sabéis cuántas veces han conseguido Alonso, Busquets, Iniesta, Xavi, Silva o Cesc llegar a los 10 goles en una liga? ¡Dos veces! Xavi este año con 10 y Cesc en la Premier con 15 en la ‘09-’10 y entre los seis suman unos cuantos campeonatos, ¿verdad?

Ya me pareció mal en el mundial que Xavi jugará de mediapunta porque le obligaba a jugar de espaldas, sobrepoblaba el centro del campo y restaba capacidad goleadora pero dos años más tarde repetir trivote sin goleador me parecía, y me parece, excesivo.

Excesivo riesgo. El control de los partidos es demoledor y con él, nuestra seguridad defensiva es casi inquebrantable pero no amortizar tu superioridad te expone a que un contragolpe, una jugada a balón parado o cualquier otro imprevisto, te deje fuera.

Riesgo innecesario que sufrimos, por ejemplo, con Croacia o Portugal. Es cierto que estos torneos no suelen ganarse sin apuros pero ¿si eres mucho mejor que los demás? ¿si te hacen el favor de eliminar a tu gran rival sin llegar a cruzarte con él? Sinceramente, me hubiese gustado ver a nuestro equipo contra Alemania.

Pero no sólo un “killer” es lo que eché de menos, también algo de juego por bandas para, por lo menos crear espacios en el centro donde se mueven nuestros pequeños jugones. Pedro siempre fue peligroso en los pocos minutos que jugó, Iniesta también tiró del carro alguna vez con sus regates y las pocas ocasiones en las que Jordi Alba tuvo libertad para subir fue desequilibrante, el Marcelo de la selección (y ahora del Barcelona… ).

Fútbol plano, lento, previsible, con poca llegada pero con mucho dominio (no sólo de balón sino de tempo y táctico) e intocable defensa (frustrante para los contrarios). Me sobraron Xavi Hernández casi siempre, Silva algunas veces y el doble pivote (o triple) como filosofía pero los títulos callan bocas y la mía está medio cerrada ahora…

Después de hacer historia, ¿qué nos espera? Pues cuanto menos, seguir compitiendo. En el once sólo Iker, Xabi y Xavi superan los 30 y Javi Martínez, Mata, Pedro o Adrián (ojo que él puede acabar con el debate; delantero y pelotero. Mantendría la tan manida identidad de “La Roja”) están esperando para recoger el testigo. En el mundial de Brasil, nuestro combinado será de nuevo principal favorito y dentro de cuatro años seguramente sigamos teniendo opciones porque todavía hay jugadores muy jóvenes esperando su oportunidad (De Egea, Muniaín, Ander, la sub 19… ) y la mediocridad del fútbol europeo roza lo preocupante (os acordáis de Baggio, Vieri, Overmars, Bergkamp, Davids, Del Piero, Zidane, Vieira, Van Nistelrooy, Sammer, Möeller, Hässler o Klinsmann… lo mismo que ahora).

Tras la resaca de la Euro, he de reconocer que para mi no mucha porque no lo viví con la emoción de las victorias anteriores, vuelve eso que tanto nos gusta y que el Madrid tan mal gestiona siempre: el mercadeo, las entradas y salidas.

El Barça toma ventaja con Alba, gran incorporación (cantada) a precio razonable, el PSG añade nombres a su proyecto pero poco más que eso ya que Ibra no es un jugador de Champions y ya está en la treintena (aunque Silva y Lavezzi si fortalecerán el equipo y a lo largo plazo además con el City como espejo en el que mirarse), el Milán se pierde seguramente en su miseria económica, el Chelsea suma talento e incertidumbre con el elegido de Zizou y los dos de Manchester y el Real esperan o desesperan.

En la Castellana hay demasiadas incógnitas para un campeón más allá de tener claro que quieren pagar en exceso por un jugador de mi preferencia (y podéis comprobarlo en entradas de temporadas anteriores) pero con muy poco gol (máximo en la Premier: cuatro goles) aunque a pesar de eso confieso que me encantaría ver a Alonso, Modric, Özil y Benzema juntos.

“La verdad” volverá posiblemente con la temporada empezada y las plantillas cerradas. Prometo mojarme como nunca con mis pronósticos para compensar todas las pistas que tendré entonces.

Feliz verano y qué viva el fútbol que, de nuevo, ¡¡¡ES NUESTRO!!!

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